Regina Tenebrarum
Abrid los velos para el eco que dejo al pasar. Soy la que desafía a las ruinas, la que pisa el mármol deshecho de los templos viejos para convertirlo en altar.
Vengo cubierta con fulgor y fuego, y una sombra que morderá el corazón. Soy la que porta en el pecho la reliquia del dragón, la que desciende al inframundo sin inclinar la frente ante ningún dios.
Mis pasos son letanías en tu soledad, mis silencios, campanas en tu oscuridad, y mi sombra es un séquito de antiguas profecías que se abren como lirios negros bajo mis talones.
No pido lugar, porque el suelo se funde por donde yo camino. Tampoco busco compañía, porque la noche me pertenece desde antes de tener rostro.
A los que ansían la claridad, el ángel rojo los llevará a sus jardines nacarados. Pero para los que buscan la hondura, la tiniebla noble, el umbral donde las palabras se arrodillan antes de pronunciarse...
Acercaos... Lentos... Con la cabeza baja y el alma bien despierta.
Porque yo no hablo para muchos. Hablo para aquellos que conocen el peso sagrado de la oscuridad y el caos.
Ecce domina umbrarum.
He aquí, la señora de las sombras.
Pues he de apuntar que, por muy insondable y vacío que puede parecer en ocasiones ese oscuro caos que mencionas, no eres la única entidad que lo puebla y que, a través de las sutiles conexiones que lo circundan y los enrevesados entresijos que lo conforman, innumerables destellos surgen del sólido abismo de unas pasiones incapaces de hallar acomodo en cualquier otro lugar.
ResponderEliminarBienvenida a Blogger. Espero que disfrutes de la experiencia.